Discurso de la dignidad del hombre
Discurso de la dignidad del hombre:
Dios hizo al hombre el último día de la creación del mundo para que reconozca las leyes del universo, ame su belleza y admire su grandeza. No le vinculó a una sede fija, a ninguna labor determinada, a ninguna necesidad, sino que le otorgó movilidad y libre albedrío.
“Te he puesto en medio del mundo dice el Creador a Adán – para que puedas ver más fácilmente te en torno tuyo y veas todo lo que te concierne. Hice de ti un ser que no es celestial ni terrenal, que no es mortal ni inmortal exclusivamente, y ello con el fin de que tú mismo seas tu propio escultor y puedas superarte; puedes degenerar en bestia y renacer en ti mismo en ser de divina semejanza. Los animales traen consigo del vientre materno lo que han de tener, los sumos espíritus son desde el principio, ya o poco después, lo que han de ser por la eternidad. Tú solo puedes desarrollarte, erguirte a tu albedrío, tú solo llevas en ti el germen de una múltiple y multiforme vida.
“Te he puesto en medio del mundo dice el Creador a Adán – para que puedas ver más fácilmente te en torno tuyo y veas todo lo que te concierne. Hice de ti un ser que no es celestial ni terrenal, que no es mortal ni inmortal exclusivamente, y ello con el fin de que tú mismo seas tu propio escultor y puedas superarte; puedes degenerar en bestia y renacer en ti mismo en ser de divina semejanza. Los animales traen consigo del vientre materno lo que han de tener, los sumos espíritus son desde el principio, ya o poco después, lo que han de ser por la eternidad. Tú solo puedes desarrollarte, erguirte a tu albedrío, tú solo llevas en ti el germen de una múltiple y multiforme vida.
Giovanni Pico della Mirandolla
(1463 – 1594)
(1463 – 1594)
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